El 9 de mayo de este año se cumple el 40° aniversario del Ayuno y Oración de 13 días que encabezó Adolfo Pérez Esquivel junto a otres ayunantes representantes de los Derechos Humanos en el contexto de “La Semana Internacional del Detenido-Desaparecido” junto a la consigna “No matarás… ni con hambre ni con balas”.
A fines de abril de 1983 se había dado a conocer por parte de las FFAA el doloroso “Documento Final” y “La Ley de Autoamnistía”. El ayuno es una herramienta y una forma de acción en favor de la noviolencia, nos enseña Adolfo Pérez Esquivel, nuestro presidente honorario.
Desde la antigua sede del SERPAJ sobre la calle México, se clamaba por un Estado de Derecho y rechazaba cualquier proyecto que busque el olvido o la continuidad de un Estado represor, por el contrario, invitaba a un mayor compromiso y a reflexionar sobre el tema de Derechos Humanos.
“Frente al proyecto de dependencia, deberemos levantar el proyecto de liberación nacional y popular”, dijo Adolfo Pérez Esquivel. El ayuno fue un gesto de resistencia contra las distintas formas de matar la vida y fue una llamada a los partidos políticos, a las organizaciones humanitarias, a las organizaciones gremiales, a la universidad, a los pueblos.
“La Marcha del Repudio” fue una respuesta a la dictadura sobre el secuestro y muerte de dos militantes políticos. Los organismos denunciaron el documento y reclamaron «Aparición con Vida».
El camino se había iniciado en paz. Se hicieron presentes personalidades de la cultura como León Gieco y Ernesto Sábato, y de la lucha creciente como Nora de Cortiñas. El ayuno culminó con una misa en la Parroquia de la Santa Cruz.
