Buenos Aires 20 de julio 2014
«Con el establecimiento de una relación de opresión, la violencia ya ha comenzado. Nunca en la historia los oprimidos han iniciado la violencia. … No habría oprimidos si antes no hubiera existido la violencia para establecer su sometimiento.» -Paulo Freire
Israel ha desatado una vez más toda la fuerza de su ejército contra la población palestina cautiva, sobre todo en la sitiada Franja de Gaza, en un acto inhumano e ilegal de agresión militar. El actual ataque de Israel contra Gaza hasta el momento ha matado a muchos civiles inocentes, ha causado cientos de heridos y devastado la infraestructura civil, incluido el sector de la salud, que ya estaba gravemente deteriorado.
La capacidad de Israel para poner en marcha este tipo de ataques devastadores con impunidad proviene en gran parte de la vasta cooperación militar internacional y del comercio de armas que Israel mantiene con gobiernos cómplices de todo el mundo.
Durante el periodo 2008-2019, EE.UU. proporcionará ayuda militar a Israel por valor de 30.000 millones de dólares, mientras que las ventas militares anuales israelíes al mundo llegan a miles de millones de dólares. En los últimos años los países europeos han exportado armas a Israel por valor de miles de millones de euros y la Unión Europea ha financiado a las empresas militares y a las universidades israelíes con becas de investigación en el ámbito militar por un valor de cientos de millones de euros.
Las economías emergentes, como India, Brasil y Chile, aumentan rápidamente su comercio y cooperación militar con Israel, a pesar de que afirman apoyar los derechos palestinos.
Al importar y exportar armas a Israel y facilitar el desarrollo de la tecnología militar israelí los gobiernos de hecho están enviando un claro mensaje de aprobación de la agresión militar de Israel, incluidos sus crímenes de guerra y posibles crímenes contra la humanidad.
Israel es uno de los principales productores y exportadores de aviones militares no tripulados del mundo. La tecnología militar de Israel, desarrollada para mantener décadas de opresión, se comercializa con la calificación de «probada sobre el terreno» y se exporta a todo el mundo.
El comercio militar con Israel y las relaciones de investigación conjunta en el ámbito militar alientan la impunidad israelí para cometer graves violaciones del derecho internacional y facilitan el afianzamiento del sistema israelí de ocupación, colonización y de negación sistemática de los derechos de los palestinos.
Hacemos un llamado a las Naciones Unidas y los gobiernos de todo el mundo a tomar medidas inmediatas para aplicar a Israel un embargo militar integral y legalmente vinculante, similar al impuesto a Sudáfrica durante el apartheid.
Los gobiernos que expresan su solidaridad con el pueblo palestino en Gaza, el más castigado por el militarismo, las atrocidades y la impunidad de Israel, deben comenzar por cortar relaciones militares con Israel. Los palestinos necesitan hoy una solidaridad eficaz y no caridad.
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz 1980
Rigoberta Menchú Tum, Premio Nobel de la Paz 1992