Buenos Aires, 7 de noviembre de 2008
Los leprosos del Siglo XXI
Los prisioneros de Guantánamo.
Adolfo Pérez Esquivel
Albert Einstein decía que hay dos cosas infinitas. «Una es el Universo y la otra, la estupidez humana». Tendría que sumarle a su opinión, la crueldad humana.
En Roma estuve reunido con una joven abogada norteamericana del colectivo de «Avogado, Reprieve», con sede en Londres, quien estuvo en Guantánamo cuatro veces en la base militar que los Estados Unidos tiene en territorio cubano.
El gobierno norteamericano sólo permite el ingreso de abogados norteamericanos para la defensa de los prisioneros. Ningún extranjero puede ingresar a la prisión. El colectivo de abogados en Londres representa a 33 prisioneros en Guantánamo que se encuentran en estado de indefensión jurídica y a quienes les niegan el derecho de defensa.
Calculan que actualmente hay 260 prisioneros; algunos esperan su libertad con la esperanza de retornar a sus países de residencia. Después del 11 de septiembre, del ataque a las Torres Gemelas en New York, se desató la Inquisición con toda la furia y persecución, acusando al Islam como responsable de los atentados y pretendiendo identificarlo con el llamado «terrorismo islámico».
Comenzaron una «caza de brujas» a nivel internacional, realizando vuelos para los secuestros y desaparición de personas en diversos países europeos y enviándolos a las prisiones de Guantánamo y Abu Graib, en Irak, que se han transformado en símbolos de la tortura y la impunidad de un país como Estados Unidos que defendió, la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclamado por las Naciones Unidas en el año 1948.
Esas contradicciones ponen en evidencia que el gobierno de George Bush privilegia los intereses económicos, políticos militares y estratégicos, sobre la vida de los pueblos. Muchos de los prisioneros liberados de Guantánamo, no son recibidos en los países de residencia y hay antecedentes que, si regresan a sus países de origen son asesinados, encarcelados y perseguidos.
El gobierno de Silvio Berlusconi, según la información de los juristas, permitió que el servicio secreto italiano esté implicado en el secuestro, por la CIA, de los musulmanes que residían en Italia y enviados a la cárcel de Guantánamo. Son los «desaparecidos» en Europa con la complicidad de gobiernos europeos, que permitieron los secuestros de musulmanes, acusados de integrar células terroristas.
Es necesario que la Unión Europea investigue la responsabilidad de los gobiernos que permitieron los secuestros por la CIA y el grado de complicidad que tuvieron violando la soberanía de sus países.
Últimamente fueron liberados otros 100 prisioneros de Guantánamo con el acuerdo entre el gobierno de los EE.UU. y los países de origen de los prisioneros. Según la información recogida hasta el momento, alrededor de 500 prisioneros fueron dejados en libertad por falta de mérito. Algunos liberados regresaron a sus países de origen y se reintegraron a sus familias y actividades. Otros fueron detenidos y sometidos a torturas en sus países de origen. Los niveles de tratamiento que sufrieron en cautiverio fueron la silla de tortura, el submarino, las sondas por nariz, , la tortura psicológica, golpes, encierro solitario,
capuchas, sin control médico, entre otros tratos crueles y degradantes.
Los ex prisioneros de Guantánamo son considerados «los leprosos del Siglo XXI». Nadie los quiere recibir, tienen miedo al contagio y a las presiones del gobierno de los EE.UU. La cárcel de Abu Graib en Irak, y la de la base militar norteamericana en Guantánamo, Cuba, son la expresión más acabada y dolorosa de la degradación humana.
Los prisioneros fueron y son sometidos y torturados por integrantes de las fuerzas armadas norteamericanas y británicas, hombres y mujeres autorizados por sus superiores y con el consentimiento del gobierno de George Bush.
Los testimonios de los prisioneros en Guantánamo afirman que son los mismos que actuaron en las torturas en la cárcel de Abu Graib en Irak.
Según la información recibida del Colectivo de Avogado, Reprieve, de Londres, los ex prisioneros nunca fueron juzgados, se les negó el derecho de justicia. Fueron sometidos a tormentos y necesitan apoyo psicológico y social para regresar junto a sus familias y recuperar su estabilidad emocional, psíquica y económica.
Desde el año 2001 al 2008 han sido víctimas de la violencia del terrorismo de Estado y necesitan de la solidaridad y apoyo humanitario de la sociedad.
Italia debe considerar la situación de los 10 ex – prisioneros de Guantánamo, residentes en ese país, que necesitan reunirse con sus familias,.
Naciones Unidas y el ACNUR son los organismos internacionales que
deben actuar y prevenir esas situaciones. A pesar de los reclamos por parte de los Avogados , Reprieve de Londres, no han dado señales de intervenir y proteger a los prisioneros en Guantánamo. Esto es posible por impedimento y presiones del gobierno de Bush.
Se ha producido un vacío de valores éticos, de falta de justicia y verdad que permita resguardar la vida y el derecho de las personas y los pueblos.
La crisis internacional no es sólo económica, es una profunda crisis de valores que afecta la vida y a las instituciones internacionales y nacionales que ponen en riesgo la seguridad y vida de los pueblos.
El terrorismo tiene muchos rostros y hay que desenmascarar donde se oculta. Es el Terrorismo de Estado que bajo diversos discursos vaciados de contendido y valores, generan políticas restrictivas a las libertades ciudadanas, imponiendo el miedo y sacrificando la libertad.
En América latina hemos vivido el terror de diversos signos, las dictaduras militares, la desaparición de personas, las torturas, los secuestros de niños, la destrucción del aparato productivo bajo el trágico Operativo Cóndor.
En Colombia, con la política de terror desde las guerrillas a los narcotraficantes, los grupos paramilitares y para-policiales, el ejército y la policía, y la intervención abierta y encubierta de EE.UU. e Israel en ese país.
El presidente electo de los EE.UU., Barack Obama debe enfrentar grandes desafíos para cambiar la situación actual. Debe poner en vigencia los Derechos Humanos, recuperar la credibilidad nacional e internacional, con hechos y no sólo con palabras. Bush desterró totalmente la política de derechos humanos, violando los Pactos y Convenciones Internacionales de Naciones Unidas, la Constitución de los EE.UU., y el derecho de los pueblos en el mundo. Y ha dejado peligros, en ciernes, de nuevos conflictos armados contra Irán y Pakistán.
Bush, presidente saliente de los EE.UU. es responsable de crímenes de Lesa Humanidad. El cierre de las bases en Guantánamo, y la cárcel en Abu Graib, en
Irak y las de Afganistán, debe ser definitiva. Son una ofensa a los pueblos y a toda la humanidad.
Es necesario el fin del bloqueo a Cuba, algo absurdo y doloroso que durante décadas EE.UU. mantiene contra el pueblo cubano, buscando someterlo a sus intereses. El pueblo cubano defiende su soberanía y dignidad.
Tenemos claro los impedimentos que tendrá que enfrentar Obama: el andamiaje del complejo industrial militar que hará lo posible y lo imposible para oponerse y someter a sus intereses al nuevo gobierno.
Dependerá del coraje y decisión política que tenga el gobierno de Obama provocar profundos cambios a lo interno de EE.UU. que soporta una fuerte crisis económica, herencia pesada que le deja Bush, y las guerras en Irak, Afganistán y la intervención en Colombia. En el frente interno deberá elegir los caminos para resolver los 54 millones de pobres y más de 32 millones de personas
analfabetas, como el aumento de los desocupados y los inmigrantes.
La gran revolución que debe asumir Obama es la de la Paz, el diálogo y la cooperación entre los pueblos. Comprometerse a que NUNCA MAS se utilizará la tortura, el trato cruel y degradante a ningún ser humano y comprometerse a respetar la identidad, valores y soberanía de otros pueblos; sólo así comenzaremos a ver un nuevo amanecer. Y si da los pasos correctos tendrá el apoyo de muchos pueblos. Siempre hay una esperanza y esperamos que esta no se frustre.