La humanidad está viviendo tiempos de incertidumbre y violencia social y estructural en diversas partes del mundo, poniendo en riesgo la vida y seguridad de los pueblos. Guerras de alta y baja intensidad, refugiados que buscan desesperados un lugar donde tener seguridad, sin encontrarla, la hambruna y desolación en países afectados por las sequias y destrucción de la biodiversidad, desforestación y daños provocados a la Madre Tierra.
Hombres y mujeres que abrazaron con pasión el ejercicio periodístico, llamando y denunciando las violaciones de los derechos humanos y de los pueblos en diversas partes del mundo, muchos fueron y son víctimas de la violencia y dieron sus vidas por la verdad y la justicia.
Siempre las relacioné a los y las periodistas al “tábano socrático”, en despertar conciencias y llamar a la reflexión y la justicia para defender el derecho de las personas y los pueblos.
Si bien las estadísticas no coinciden en los reportajes y números de los periodistas en sus análisis señalan que desde 1995 hasta 2022 las y los periodistas asesinados son más de 1.500, debemos tener en cuenta las familias de los trabajadores de prensa que quedan en total desamparo y en la indigencia. Es necesario que el Estado contemple esa situación y genere instrumentos legales para proteger a esas personas. No es posible que sólo el 10% de esos crímenes lleguen a la justicia y apenas el 1% de los culpables recibe condena.
Tengo que señalar que el Comité Nobel Otorgo el Premio Nobel de la Paz a dos periodistas María Ressa, de Filipinas Y a Dimitry Muratov de Rusia luego de sufrir persecución, encarcelamiento, amenazas y el asesinato de quienes fueron sus compañeros y compañeras de trabajo. Es un reconocimiento a todos y todas los y las trabajadores de los medios de comunicación.
Nos preocupa la persecución y cárcel de Julián Assange en una cárcel de Gran Bretaña con pedido de extradición de los EEUU que quiere ocultar sus crímenes en el mundo. Julián tuvo el coraje y la decisión de publicar informes de las atrocidades cometidas por los EEUU en el mundo. Reclamos su libertad y el derecho a la libertad de prensa. Me reuní con Julián en la Embajada del Ecuador cuando estaba como refugiado político para expresarle mi solidaridad y apoyo a su coraje y decisión de dar a conocer al mundo la política de los EEUU.
La UNESCO debe alzar su voz frente a las continuas violaciones de los derechos humanos a periodistas, hombres y mujeres que asumen con dignidad la lucha por la libertad a la información. Las organizaciones periodísticas son fundamentales para generar conciencia y proteger a los periodistas.
Toda mi solidaridad y apoyo a la libertad de prensa.
Adolfo Pérez Esquivel.
6-3-22