Un día como hoy, 26 de noviembre de 1931, vino al mundo un niño cuyo nombre, más tarde adquiriría un sentido en la memoria de los pueblos estigmatizados, violentados, postergados y de los más desprotegidos, los niños, junto a todos ellos caminó, acompañó para conseguir la Paz y la Justicia. Por su compromiso con los Derechos Humanos y el Derecho de los Pueblos, Adolfo Pérez Esquivel, sería distinguido con el Premio Nobel de la Paz. Como siempre coherente, dicho galardón lo recibió en nombre de todos aquellos que acompaño y aún acompaña.
Hoy, sus compañeros de ruta del Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), Organización que vela y observa que los Derechos Humanos no sean violentados, le desean FELIZ CUMPLEAÑOS.
Decirle que con el compromiso y tu ejemplo, decimos que “otro mundo es posible.»