Honduras: Los Movimientos Sociales Pierden una Luchadora por los DD HH
El Equipo Pueblos Originarios del Servicio Paz y Justicia de la Argentina (SERPAJ-Argentina) Condena y repudia el asesinato político de la coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares (COPINH), Bertha Cáceres, ocurrido aproximadamente a las 11:45 de la noche del miércoles 2 de marzo en La Esperanza, Intibucá, su ciudad natal de la República de Hondura.
Bertha fue una dirigente indígena, del pueblo Lenca, que viene luchando en defensa de los derechos de su pueblo, del campesinado, de las mujeres y en contra de los atropellos de las transnacionales extractivistas. Su vida estuvo signada por su compromiso en contra de las injusticias y por exaltar la dignidad del ser humano.
Nos unimos a las voces de indignación que provoca este crimen, y no se puede eludir la responsabilidad al Gobierno de Honduras, de la persecución y muerte de Bertha Cáseres. Y hacemos nuestras las afirmaciones de sus familiares más próximos.
“Este es un hecho que ocurre en un gobierno despótico, porque ella se había movido a una casa de seguridad tratando de protegerse de los militares y los secuaces de los inversionistas de las represas de ríos que la buscaban para matarla por su lucha en defensa de la vida, de los pueblos indígenas y de las mujeres”. Austrabertha Flores, madre.
“Mataron a mi hermana por su lucha de frente después de sus denuncias de amenazas a muerte por esos malditos de DESA y SYNOHIDRO, que han asesinado a una luchadora sin guardaespaldas y que vivía sin riquezas ni ostentaciones, por eso hoy reclamamos a un Estado incapaz de cumplir las medidas de protección cautelar que tenía Bertita desde la OEA y de la ONU”. Gustavo Cáceres, hermano.
“Quieren asustar a la población con este crimen político cometido por sicarios de grupos fácticos ligados al Estado y al modelo económico en contra de una mujer que defendía a los bienes comunes de la naturaleza y que había resistido a la explotación de sus derechos ancestrales dentro de los territorios. Son responsables de este asesinato las fuerzas oscuras que han renunciado a la razón, al diálogo y hacen uso de la fuerza, la criminalización y el odio, y el gobierno tiene la obligación de investigar porque han enlutado al movimiento de mujeres y a los pueblos indígenas de Honduras”. Salvador Zúniga, padre de las y los hijos de Bertha.
Las transnacionales extractivitas, parece que no tienen límites, el fin último es la maximización de las ganancias y la concentración del capital en pocas manos a costa de la vida de los pueblos. Por eso, exigimos que el Gobierno de Honduras se responsabilice por este espantoso crimen y realice las investigaciones pertinentes para que se esclarezca y se determine los responsables del asesinato de tan importante referente de los pueblos indígenas hondureños y defensora de los Derechos Humanos.
Buenos Aires, 4 de marzo de 2016
Adolfo Pérez Esquivel Equipo Pueblos Originarios
Premio Nobel de la Paz Servicio Paz y Justicia (SERPAJ)