El Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), no puede dejar de manifestar su indignación por la resolución emitida por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6, a cargo de los Dres. José Martínez Sobrino, Julio Luis Panelo y Fernando Canero, por la que se le concedió la prisión domiciliaria al represor Miguel Etchecolatz.
Dicha situación, lastima la memoria del Pueblo Argentino, y en particular de las víctimas desaparecidas por Etchecolatz, quien en ningún momento de la vida democrática demostró arrepentimiento por su accionar, más bien al contrario, porque en algunas de sus manifestaciones públicas ha demostrado el desprecio por la vida humana y por la vida en democracia de nuestra sociedad.
Miguel Etchecolatz fue jefe de la policía bonaerense. Bajo sus órdenes se secuestró, se torturó, se mató se apropió de los muchos de los bebés nacidos en cautiverio.
Fue condenado por ser el responsable de comandar mas de 20 centros clandestinos de detención. Y como si todo esto fuera poco su nombre está vinculado a las 2 desapariciones de Jorge Julio López – quien fue secuestrado y torturado por Etchecolatz durante la última dictadura – testigo clave para una de sus condenas, ya en democracia declaro en el juicio y allí fue visto con vida por última vez, hasta el momento continua desaparecido.
Esta resolución adoptada por el Poder Judicial, lamentablemente está encarrilada con muchas de las actuales decisiones tomadas en los últimos tiempos, por el Ejecutivo Nacional, las que son avaladas por la justicia desconociendo las garantías constitucionales y los derechos humanos incorporados en nuestra carta Magna en el año 1994.
La prisión domiciliaria es un forma de impunidad que se le da a este genocida quien fue juzgado por gravísimas violaciones a los derechos humanos y que fuera encontrado culpables de crímenes de lesa humanidad.
¡Su lugar no es otro que la cárcel común!