Señor Embajador de la República de Francia
Don Jean-Michel Casa
Reciba nuestra solidaridad y apoyo al pueblo de Francia, frente al atentado que sufrió en París.
Esos actos de violencia duelen a toda la humanidad y quiero expresarle como representante del Servicio Paz y Justicia en América Latina y Argentina, que acompañamos al pueblo de Francia a quien nos une lazos de amistad y cooperación a través de muchos años de caminar juntos en bien de nuestros pueblos.
Señor Embajador, usted conoce nuestra historia en la Argentina víctima del terrorismo y aún hoy, a pesar del tiempo transcurrido, las heridas continúan abiertas esperando alcanzar la Verdad y la Justicia.
Expresamos nuestro rechazo a todo tipo de terrorismo, provenga de quien provenga.
Es necesario parar las continuas guerras que afectan al Medio Oriente y al mundo y encontrar caminos superadores para lograr establecer la Paz, no como la ausencia del conflicto, sino en base al respeto entre las personas y los pueblos.
Una violencia no se resuelve con más violencia, lo que tendremos es la suma de mayor violencia y no la solución de los conflictos.
El Islam es una de las grandes religiones de la humanidad amante de la Paz y el diálogo entre los pueblos, nada tiene que ver con el terrorismo, que rechaza totalmente y nos preocupa aquellos grupos que utilizan la religión para justificar sus actos de violencia que estamos viviendo en el mundo.
Las comunidades islámicas repudian estos aberrantes hechos. Islam no es terrorismo. Estos grupos son funcionales a islamofobia y a la OTAN.
Más de 200.000 sirios han muerto desde que las potencias financiaron rebeldes para iniciar una guerra civil en 2011.
Esto ha generado la conocida crisis de refugiados en Europa y que en general rechazó aceptar.
Este atentado, como otros, merece un profundo análisis desde toda la ONU. Si la respuesta a esta masacre es otra masacre de las potencias, perderán los pueblos y ganarán los señores de la guerra.
Quedamos a su disposición y oramos por el pueblo de Francia y las víctimas de la violencia, los refugiados que huyen de sus países y buscan encontrar un lugar en el mundo que los ayude y protejan de los graves conflictos que afectan a la humanidad. Miles de niños son víctimas de la violencia a quienes les han robado la vida y la esperanza.
Alcanzar la Paz requiere de mucha fuerza y coraje para asumir los desafíos de nuestro tiempo.
Reciba nuestro fraternal saludo de Paz y Bien para Francia y el mundo
Buenos Aires, 15 de noviembre de 2015
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz