Todos somos inmigrantes y refugiados
Adolfo Pérez Esquivel
Millones de inmigrantes, niños y sus familias huyen del horror de la guerra y el hambre, buscando un lugar en el mundo que los reciba.
Vemos con preocupación a una Europa que reacciona de la peor manera, frente a la oleada de refugiados, discriminando y violentándolos y mirando impasible a los miles que mueren en la mar.
Sólo la memoria continúa penando los dolores del horror que viven millones de seres humanos que ambulan sin destino alguno.
Los europeos deben hacer memoria de su propia historia cuando buscaron nuevos horizontes de vida en otros países y fueron recibidos solidariamente
Los señores de la muerte provocan las guerras y los dirigentes políticos son funcionales y cómplices del complejo industrial militar y necesitan generar guerras y justificar lo injustificable, provocar invasiones levantando conflictos en el mundo y su estrategia en los medios de comunicación son las mentiras, la madre de todas las violencias para justificar el horror; son al igual que el aprendiz de hechicero que no puede controlar el aquelarre de la violencia contra los pueblos donde muchos perdieron el aliento del alma, dejando sus esperanzas y su vida en la mar, donde no dejan huellas las miles de víctimas con destinos frustrados.
Los responsables del horror y la muerte, no reconocer su obra siniestra; recordemos algunos de ellas: El ataque a las torres gemelas, las mentiras de las armas de destrucción masiva de Irak; el avión fantasma contra el Pentágono; todo sirve para justificar las invasiones y apropiarse de los recursos energéticos, como el petróleo y de la región
Son los mismos que desataron las guerras en Afganistán, Irak, Libia y Siria y la interminable guerra entre Israel y Palestina.
“La primavera árabe” fue una bocanada de aire fresco de libertad y fuerza de los pueblos por su autodeterminación y soberanía, buscaron recuperar la participación social, cultural y política, todos esos ideales fueron devastados y traicionados, terminando siendo el “infierno árabe”
Es necesario que Europa, EEUU. Rusia y otros países del Este abran su mente y corazón a los miles de inmigrantes, y no dejarse dominar por la xenofobia y el racismo
América Latina, Canadá y otros continentes tienen que desarrollar la solidaridad y recibir a quienes necesitan de una mano fraterna y amiga.
Escuchen el clamor de los pueblos que nos cuestionan e interpelan y esos hermanos y hermanas que necesitan encontrar un destino digno y que a los niños no les roben la vida y la sonrisa de esperanza.
No hay que olvidar que recogemos lo que sembramos; debemos tener presente quienes provocaron las guerras y hoy rechazan con violencia a losa refugiados.
Las Naciones Unidas e organizaciones internacionales y nacionales deben actuar con rapidez y generar espacios de acogida a los miles de refugiados.
El ACNUR viene realizando una obra extraordinaria, pero su accionar no es suficiente, necesita de la solidaridad internacional para atender la demanda humanitaria de miles de millones de refugiados que buscan huir de las guerras y el hambre y encontrar un destino de paz.
Buenos Aires, 12 de septiembre del 2015