La creación del Banco del Sur despierta una creciente expectativa por la oportunidad que significa de avanzar en la construcción de alternativas de financiamiento soberanas y solidarias. Por eso, en ocasión de la próxima firma del Acta Fundacional de esta nueva entidad, centenares de movimientos, redes, organizaciones y personalidades del mundo entero entregamos a los Presidentes intervinientes en la iniciativa una Carta Abierta, ofreciéndoles nuestras propuestas orientadas a asegurar que el Banco pueda efectivamente contribuir a una integración acorde con la plena vigencia de los derechos humanos y ambientales así como del derecho de los pueblos a su propia autodeterminación y desarrollo.
La misiva manifiesta nuestra convicción que esta entidad Sur-Sur debe ser superadora tanto de los «hoy ya ampliamente reconocidos comportamientos no-democráticos, no transparentes, regresivos y desacreditados de los organismos multilaterales como el Banco Mundial, el FMI, el BID y la CAF», como «de las experiencias negativas de apertura económica – con la secuela de siempre mayor endeudamiento y drenaje de capitales, desregulación y privatización del patrimonio público y de los servicios básicos sufridos por la región.»
Destaca además la existencia de condiciones económicas y políticas propicias para que este nuevo Banco se convierta en un instrumento clave de ahorro y redistribución de la riqueza, rompiendo el ciclo recurrente de saqueo y exacción de los esfuerzos nacionales y regionales «a través de maniobras y negociados con el endeudamiento y títulos públicos, el subsidio a grupos económicos y financieros privados privilegiados y el aval permanente a movimientos especulativos de entrada y salida de capitales». En ese sentido, será necesario que los gobiernos avancen también en la puesta en funcionamiento de una nueva arquitectura financiera regional que incluya la creación de un Fondo del Sur, con función de Banco Central continental, y una moneda común.
Esta segunda Carta Abierta a los Presidentes expresa además una firme convicción acerca de la necesaria transparencia y participación de los movimientos sociales en las negociaciones y el eventual funcionamiento del Banco y reclama de parte de los gobiernos, información y consulta a la sociedad. «La historia reciente de lucha contra las dictaduras en casi todo el continente explica nuestro empeño en abrir e instituir nuevos espacios de participación y de democracia directa» – señala la Carta – así como también la demanda de que además de crear Fuentes autónomas de financiamiento, los gobiernos tomen medidas como la realización de Auditorias integrales de las deudas públicas y de las instituciones financieras internacionales como el FMI y el BM, para poner fin a la impunidad con la cual intervienen en la region y revertir el flujo neto de recursos que impulsen hacia el Norte.
Ante la oportunidad histórica que ofrece la creación del Banco del Sur, los movimientos y organizaciones firmantes de esta Carta resaltamos la importancia de que su funcionamiento pueda promover una nueva matriz de desarrollo, cuyos valores fundamentales sean la soberanía de nuestros pueblos sobre su territorio y desarrollo, la autodeterminación, la solidaridad y la justicia ambiental. Rechazamos que sea utilizado para financiar, por ejemplo, los megaproyectos del IIRSA o las grandes inversiones extractivas, contaminantes o socialmente excluyentes, diseñados para un modelo de «integración» y «desarrollo» subordinado a intereses ajenos al «vivir bien» que necesitamos nuestros pueblos y países. Por eso también convocamos a toda la sociedad a sumarse al debate y la acción, con la esperanza que se aproveche esta posibilidad para crear un verdadero Banco Solidario de los Pueblos del Sur.
– Adolfo Pérez Esquivel es Premio Nobel de la Paz y Presidente de la Fundación Servicio Paz y Justicia, y Beverly Keene es Coordinadora, Diálogo 2000-Jubileo Sur/Américas.
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