Si querés llorar, llorá. Si querés reír, haz el esfuerzo, te estamos filmando

Adolfo Pérez Esquivel

Don Antonio salió a la calle y lo asaltaron, le robaron la jubilación y encima lo golpearon. Doña Cora salió a hacer una compra y la mordió un perro. De regreso a la casa don Antonio dijo:
– Vieja, me asaltaron y me robaron la jubilación, no puedes salir a la calle porque te roban. Ahora todos hablan de la seguridad y piden más canas y control. Estamos jodidos esto no va más.
-Viejo, para que te roben no necesitas salir a la calle; vas a comprar algo y te roban todos los días, lo que valía dos pesos, vale cuatro y lo que valía cuatro, vale ocho y como si nada Tienes que pagar y no protestes porque te miran mal. La jubilación siempre igual, no aumenta ni por joda, como si los jubilados viviéramos del aire. ¿De que seguridad hablan? Los jubilados necesitan seguridad para vivir después de trabajar más de 30 años y recibir una miseria. Las cosas son lo que son. Yo salí a comprar pan y me mordió un perro la pierna; el pobre estaba hambriento, pero conmigo no se va a alimentar, soy puro hueso.
-Es así viejo. Es como decía el tío Eulogio, que Dios lo tenga en su gloria.»Cuando la suerte se inclina hasta los perros te mean y encima te muerden».

Doña Cora puso cara de dolor mientras se ponía agua oxigenada en su pierna y dijo resignada: -En éste circo estamos de espectadores en la popular, los que están en la pista y la platea son los que juegan y hacen negocio, sólo podemos patalear y quejarnos, pero nadie nos escucha. A esto le llaman democracia.
-¿Cuánto tiempo hace viejo, que estás peleando por una jubilación justa con tus compañeros frente al Congreso y los del circo pasan y no dicen nada? Hay que tener paciencia viejo, pero si querés llorar, llorá, total, hasta ahora no se paga impuesto y es gratis.
-¿Decime Viejo, donde vamos a ir? Los políticos prometen, pero no pasa nada, son como los pedos, hacen ruido, dejan el olor y tienes que fruncir la nariz. Si entramos a contar los pobres no terminamos más, si tenemos que contar los chicos en la calle, mejor no hablar – Así que, si quieres llorar, llorá –
-¿Vistes la noticia en la tele? Hay jueces que son una pinturita; permiten que los represores que violaron los derechos humanos durante la dictadura, se presenten como candidatos y hagan campaña electoral desde la cárcel.
-Y bueno viejo, te traje pan y un pati para comer, dicen que no es bueno, ataca el colesterol, pero es lo único que conseguí barato, come despacito, despacito porque podes atragantarte y te tiene que durar una semana.
-Estaba leyendo eso de los «candidatos testimoniales». Seguro que hay gato encerrado, con la ayudita del juez se arregló todo y aprobó que se presenten a las elecciones. ¿Sabes viejo? si ganan dejan pagando a la gente, dicen que si, pero no, después no asumen y se cagan de risa. Creen que el pueblo come vidrio.
-Vos siempre te enojas con los chicos de la vecina. Son traviesos, pero los chicos son chicos, ¿Decime, porqué quieren bajarle la edad de imputabilidad a los chicos para meterlos en cana? ¿No te parece que los chicos necesitan ternura, y no ser tratados peor que animales y después enjaulados? Son victimas de una sociedad injusta que los rechaza y no piensa en ellos. Estoy segura que una sociedad que no quiere y cuida a sus hijos, es una sociedad que hipotecó el presente y perdió el futuro.
-Éste país da para todo. El otro día escuché que la presidenta vetó la ley de protección de los glaciares, que fue aprobada por amplia mayoría en la Cámara de Diputados ¿Decime viejo, ¿ que cuernos le picó a la Cristina Presidenta, para vetar la ley de protección de los Glaciares, ¿fue para ayudar a la empresa Barrick Goold, que está necesitada de oro, plata, cobre y todas esas cosas que se llevan del país y nunca pagan impuestos. Nos roban todo y no pasa nada.
-Yo pregunto. ¿Y a nosotros qué? Los pobres siempre estamos para el final de todo y lo único que nos dejan es la contaminación, el hambre, la pobreza y la marginalidad. Le rezo al Tata Dios y le pido que nos envié aunque sea por un tiempito a Tato Bores, él si que nos hacia reír y pensar y saber a quienes les «patina el moño». La verdad que lo extraño. Si viene le voy a regalar una peluca nueva y un par de patines, así nos enseña quien es quien y qué tienen en la cabeza los gobernantes.
-Dicen que todo lo que le pides a Dios, te da; necesitas tener fe. Vos sos un cabeza dura que no crees en el Tata Dios, pero crees en la Chicholina a la que no le despegas un ojo de encima, viejo sinverguenza.
-¿Diosito, por favor envía a Tato por un ratito?¿Vistes viejo, me salió en versito? Diosito, no te olvides de los argentinos; muchos han perdido la esperanza que está asustada y debe estar escondida en algún lado.
Dios escuchó el ruego de doña Cora y mandó al arcángel Pichuco a buscar a Tato, que apareció corriendo con los patines.
-¡Diosito, mi Jefe Supremo. Dichoso los ojos que lo ven! Pichuco, con su bandoneón me fue a buscar por orden suya ¿Me necesita para algo?
– Tato, doña Cora ruega que te envíe de vuelta a la Argentina por un tiempito. Dice que sos el único que puede hacer reír y pensar a los argentinos. Así que estoy por enviarte por unos segundos de eternidad y veamos lo que puedes hacer para ayudar a tu país.
-Jefe Supremo, justo ahora que estaba escuchando a Eladia Blázquez cantar «Argentina, primer mundo», acompañada por Piazzolla con su fuelle. Uno desde aquí se hace ilusiones con la democracia que supimos conseguir.
– Tato, Tato…(con picardía)¿ Hay algo que funcione normalmente en la Argentina? A Tato se le voló la peluca y tuvo que correr para recuperarla. Menos mal que tenía puestos los patines y pudo alcanzarla.
-Jefe Supremo, cuando me fui de la Argentina estaban todos los candidatos listos para la largada en la campaña electoral, y yo tenía que correr con mis patines Cuando alcanzaba a alguno trataba de ver qué tenía dentro de la cabeza. Muchas estaban desiertas de ideas y lo que quedaba era imitación de la décima imitación. A los capos los llamaba por teléfono y si venían al programa les daba un plato de fideos y trataba que explicaran qué corno iban a hacer en el gobierno; algunos se atragantaron con los fideos, pero bueno, esa es otra historia.
-Digame Jefe Supremo, ¿para qué quiere doña Cora que vaya de vuelta al país? Ahí hay gente macanuda como Pinti, Gasalla y Nito son unos capo-cómicos bárbaros, se las saben todas.
– Tato, doña Cora es una persona de fe y debo atenderla como corresponde.
– Hace tanto tiempo que me fui que tengo que ponerme al día. ¡¡¡¡¡Huuyyy,.. huyyy… huyyy.mamma mía ¡!!!!. No llores por mi Argentina. Que te han hecho mi Buenos Aires querido. Cuando te volveré a ver. No habrá más penas ni olvidos. Las penas y olvidos no se fueron. Mi Buenos Aires, parece un pollo desplumado.
-¿Qué veo?- Nada por aquí, nada por allá. y…¿ la soberanía, dónde está? Nos afanaron la soberanía. Me pregunto, ¿que van a festejar en el Bicentenario, la libertad, la soberanía o el colonialismo que supimos conseguir? El que te dije y que llevé al programa, el de las relaciones carnales con los EE.UU., ahora no está, pero los imitadores siguen vendiendo y privatizando todito el país.
-Mire, Jefe Supremo, la Patagonia es ancha y ajena, los mapuches, los guaranies, los tobas, los collas, están cabreros, son expulsados y hambreados, les quitan su territorio para entregarlo a empresas multinacionales, pero resisten. Sería bueno, Diosito, que les de una manito.
-La cordillera de los Andes, está perforada como un queso gruyere por las empresas mineras, como la Barrick Gold y el proyecto Pascua Lama, entre Argentina y Chile y la Alumbrera y otras que se llevan todo y no dejan nada. ¡Estamos fritos; aumenta la pobreza, se mueren 25 niños de hambre por día. Los ruralistas quieren sembrar más soja y ganar más.
-¡No Diosito, no puedo creer lo que veo!, eso tipos tiran miles de litros de leche, camiones de alimentos, cortan las rutas y joden al país. ¿será esa la Argentina , primer mundo?¿no éramos el granero del mundo? Dígame Jefe Supremo. ¿me equivoqué de país? El norte argentino ya no es argentino, está en manos de los gringos, hasta Bush compró tierras en Córdoba. Misiones es un lamento sembrado de pinos y contaminación. Formosa está de remate, el gobernador con sus secuaces hambrea a los indígenas y les hace creer que están en el Paraíso. En San Juan, el gobernador es el gerente de las empresas mineras.
-Jefe Supremo ¿Me permite entonces hacer una llamadita telefónica a doña Cora?
-Ya te dije Tato, aquí no hay censura.
-Gracias Diosito. Lo que pasa es que a uno le quedó la costumbre. Hola! , con doña Cora?¿ cómo le va, cómo está la familia y el viejo Antonio?. Hace mucho tiempo que no tengo noticias de ustedes?
-¿Quien habla?-
-¡Yo, Tato de América, querida Cora!, la llamo desde el más allá.
-Que alegría Tato que me llames al más acá. Le pedí al Tata Dios que te envíe por un tiempito por estos lados, necesitamos que nos des ánimo y nos ayudes a encontrar la esperanza perdida y que nos hagas reír y pensar a los argentinos. Esto que nos pasa es como perder dos partidos de fútbol en las alturas, se viene abajo la estantería. Estamos como la Selección azul y blanca.
– -Querida Cora. Dios aprieta, pero no ahoga. Lo tengo al lado mío y me permitió llamarte por teléfono y dice que el próximo partido lo van a ganar, que Maradona no se preocupe, la Argentina es campeona de la redonda. Lo que nos preocupa es lo que va a pasar el día después. Ni Dios lo sabe. Perdón, no se enoje Jefe Supremo, es un dicho popular, no una afirmación. Usted todo lo sabe, pero deja hacer y no le mete mano.
-Tato, te diré algo. Cuando hice el mundo y repartí los países, a todos le di la libertad. Muchos no saben qué hacer con ella. Los argentinos corren hacia ningún lado y la libertad hay que conquistarla, no se regala. Donde se juntas dos argentinos forman tres partidos políticos y así no se avanza.
-Querida Cora, voy a hacer otra llamadita y en seguida vuelvo.
-¿Querida Presidenta Cristina!. Dichosos los oídos que la escuchan. Le habla Tato de América desde el más allá. ¿Se acuerda de mi? Soy el de la peluca, el frac, los anteojos y los patines. No puede olvidarse de mi, querida Presi. Perdone mi vanidad, pero seguro que me vio más de una vez.
-Me permite dos preguntitas. La primera pregunta es. ¿su marido la deja gobernar en libertad? Está bien, está bien, no se enoje, era una preguntita inocente. La segunda pregunta: ¿para hacer lo que hace consulta con Evita? Porque la Jefa Espiritual de los argentinos tenía otro proyecto de país, libre y soberano y parece que la mano no va por ese lado. No se enoje presidenta, no quiero que se ofenda, pero cuando uno que está lejos y hecha un vistazo al país, ve que se vendió y entregó todo y la soberanía es un lejano recuerdo en la Argentina actual. Las cosas cambian, pero algunas deben permanecer, o no? ¿Qué piensa queridísima presidenta?
-Suerte Señora presidenta, la vida es cruel y mucha; pero siga luchando en bien del pueblo, que no se mueran más los niños y que los jubilados tengan lo que merecen.
-Hola doña Cora- Aquí estoy de vuelta. Hablé con la Presi Cristina y estaba re-enojada. Espero que se calme y pueda capear el temporal; lo deseo de corazón
-Tato; yo vivo la angustia existencial y quiero preguntarte algo. ¿Vos conoces a los sindicalistas, no? Llevaste a Ubaldini varias veces a tu programa, y siempre recordamos a la CGT de los Argentinos, esos si que la lucharon y sufrieron, como el compañero Raimundo Ongaro, peronista hasta el «caracú. Hoy no sé, veo que los gordos de la CGT, cada día están más gordos, son empresarios disfrazados de trabajadores y ahora el manda más, quiere ponerse la banda presidencial. Dice que Perón nunca quiso nacionalizar las empresas extranjeras. Le debe patinar el moño. Yo tenía entendido que Perón nacionalizó varias empresas, pero te pregunto:¿Es cierto lo que dice el manda más de la CGT? Porque yo soy dura de entender.
-Queridísima Cora. Aquí acaba de llegar el maestro Arturo Jauretche a buscarme para el concierto de Piazzolla y de Eladia y quiere decirte algo. Adelante maestro. Lo escucho, usted es un fenómeno que sacudió la cabeza a más de uno y una.
-Querida Cora. Gracias por tu recuerdo, no te olvides que vives en el país de las zonzeras argentinas y recordarás que dije más de una vez que están aquellos que se suben al caballo por la izquierda y se bajan por la derecha. Pero ahora vemos que cuando se suben al caballo quedan mirando el culo del caballo y van para atrás.
-Bueno querida Cora, el Jefe Supremo quiere que termine nuestra conversación. Por ahora no voy a ir a la Argentina. Hay mucha gente que está luchando y buscando nuevos caminos y desde el más allá les deseamos lo mejor. El Tata Dios quiere ir al concierto y debo acompañarlo. Chau Cora, saludos a tuti y mucha fuerza y esperanza. La Argentina está en nuestro corazón y en la peluca. No dejes de sonreír que te están filmando.

Buenos Aires, 10 de junio del 2009

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