Buenos Aires, 30 de diciembre de 2009.-
A los compañeros de la Asamblea de Vecinos por la Vida de Andalgalá:
Reciban mi abrazo fraternal de Paz y Bien.
Antes que nada, lamento no poder acompañarlos personalmente durante esta movilización popular que están sosteniendo en Chaquiago desde el 14 de diciembre de 2009. Sin embargo, no quería dejar de comunicarles todo mi apoyo y mi solidaridad con esta lucha en defensa de los derechos del pueblo y de nuestros bienes naturales, en contra de los intereses privados y de la complicidad del gobierno con esos intereses.
Los catamarqueños vienen sufriendo las consecuencias de doce años de explotación del mega-emprendimiento de Minera Alumbrera Ltd.: no sólo nos preocupa el impacto ambiental, sino también el impacto sobre la salud, y las violaciones de derechos humanos fundamentales como son los derechos culturales, económicos, políticos, y territoriales. Hoy los pobladores de Andalgalá se encuentran fuertemente amenazados por la puesta en marcha de dos nuevos proyectos mineros.
Mientras se podría argumentar que hace doce años no se conocía todos los daños posiblemente provocados por la gran minería, hoy ya no podemos cerrar los ojos y decir que no sabemos. La empresa multinacional Minera Agua Rica LLC está por empezar la fase de explotación de un emprendimiento a cielo abierto tres veces más grande que Bajo La Alumbrera, triplicando entonces el consumo de agua, energía y los daños ambientales. Pretende instalarse a tan sólo 17km del centro de Andalgalá, en los Nevados del Aconquija, declarados santuarios de la naturaleza por esta ciudad por ubicarse ahí los nacientes de los cursos de agua que alimentan a la población. Durante siglos, los pobladores de la zona supieron proteger este recurso, vivir en armonía con la naturaleza, cuidar el futuro de las próximas generaciones, y ahora el gobierno provincial actual lo quiere entregar a una transnacional minera, que quiere dinamitar la montaña y envenenar sus aguas, dejando más pobreza, hambre y marginalidad.
Por otro lado, las autoridades provinciales vienen escondiendo información a los pobladores, y les impide participar de la decisiones relativas al cuidado y manejo de sus bienes naturales. Hace unas semanas, los Andalgalenses se enteraron de que su pueblo había sido vendido a otra empresa minera: Billinton Argentina BV (que fue dueña de 25% de las acciones de Minera Alumbrera Ltd). Así, la secretaría de minería de Catamarca, en 2005, dio permisos de cateo a esta empresa para un proyecto que cubre casi toda la ciudad de Andalgalá. En caso de llegar a la fase de explotación, pretenden desplazar al pueblo, pedir a unas 20000 personas que dejen su tierra; y además se atreven a decir que se trata de una situación “normal y corriente”, y que se hace en “el mayor interés público por parte del Estado”.
El Estado, a través del gobierno nacional y de los gobiernos provinciales y locales, tiene como mandato la representación del interés del pueblo, y la defensa de sus derechos fundamentales. En lugar de eso, nuestros gobernantes se muestran cada día más cómplices de las empresas multinacionales, y sigue creciendo la criminalización de la protesta social, como lo muestra por ejemplo la detención ilegal de un compañero de Andalgalá en noviembre, mientras estaba defendiendo su derecho a vivir en un ambiente sano, y su derecho a la vida.
Durante esos últimos años, fue creciendo la voz de las asambleas ciudadanas, y a pesar de que muchos medios de prensa hayan sido comprados en provincias como la de Catamarca, sus reclamos resuenan cada vez más fuerte.
Les deseo todo el coraje y la fuerza necesaria para seguir con esta lucha, les envío mi fraternal abrazo, y les reitero mi saludo de Paz y Bien.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz