La llegada de Jesús al mundo nos ilumina el Espíritu y nos enseña el camino en la Vida. La Navidad nos llama a mirar hacia nuestro interior y hacia el mundo, poniendo nuestra mente y espíritu en la esperanza de beber en la Fuente de Agua Viva.
Atravesamos un año duro y difícil, con mayor pobreza, hambre y desempleo en nuestros pueblos. Pero al mismo tiempo contamos con la capacidad de resistencia y esperanza de los movimientos sociales, indígenas, campesinos, sindicales y el fuerte emergente en el mundo de los movimientos de mujeres que reclaman sus derechos a una vida más justa de iguales.
No podemos dejar de mirar y ser solidarios /as con pueblos hermanos como Brasil que pasa por momentos críticos y que debemos acompañar; Honduras, Nicaragua, Venezuela y Colombia; es necesario buscar caminos alternativos para evitar enfrentamientos armados en cierne, alentados por los intereses económicos y políticos.
La Argentina a traviesa momentos difíciles donde crece la exclusión social, el hambre y la desesperanza, pero también crece la capacidad de resistencia del pueblo que lucha por fortalecer sus derechos y a vivir en libertad, hoy amenazada por las políticas neoliberales.
La Navidad nos llama a fortalecer la unidad en la diversidad y en encontrar caminos para construir la Paz
La Navidad nos llama a la Oración: “Señor haz de mi un instrumento de tu Paz”
Queridas hermanas y hermanos, un abrazo fraterno, mucha fuerza y esperanza, deseándoles Paz y Bien
Adolfo Pérez Esquivel SERPAJ- Argentina
Buenos Aires, 25 de diciembre de 2018